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ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN

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 Introducción:

Les presentamos tres Rosarios a la Virgen del Carmen, para que ustedes elijan el que más les guste, dependerá también de la ocasión en que nos encontremos y de las gracias que queramos alcanzar. El número 1 es el más largo y completo.

 

ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN Nº 1

Nos ponemos en presencia del Señor haciendo la señal de Cruz. Por la señal de la Santa Cruz... Amén.

Invocamos al Espíritu Santo. Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del corazón Inmaculado de María tu amadísima esposa. Amén.

Para que nuestra oración llegue al cielo pedimos humildemente perdón a Dios por nuestros pecados y por el mundo entero rezando el pésame.

 No me pesa, Señor, haber faltado
por el eterno mal que he merecido,
ni me pesa tampoco haber perdido
el cielo como pena a mi pecado.

Pésame haber tus voces despreciado
y tus justos mandatos infringido,
porque con mis errores he ofendido
tu Corazón, Señor, por mí llagado.

Llorar quiero mis culpas humillado,
y buscar a mis males dulce olvido
en la herida de amor de tu costado.

Quiero tu amor pagar, agradecido,
amándote cual siempre me has amado
y viviendo contigo arrepentido.

 

Acto de Contrición:
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.



Ofrecimiento:
Virgen Santísima, purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu santísimo rosario, el que humildemente ofrecemos en satisfacción de nuestros pecados, aumento de la fe, feliz estado de la Iglesia, destrucción de las herejías, paz y concordia y por las benditas almas del Purgatorio.



Oración primera:-

Virgen del Carmen, seguimos transitando el camino de la plegaria y la reflexión hacia una meta, la de conocerte más y amarte mejor. Ilumínanos, Señora de la luz, para redescubrirte cada día en el misterio de Cristo y de la Iglesia.



Haz que, a través de la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos como Virgen orante que nos enseña a acoger, meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios y como Madre Espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra existencia cristiana desde el Bautismo hasta la plenitud que es Cristo.


Rosa del Carmelo perfúmanos en alma y cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos.


Estrella del mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria.


Reina del Cielo, que un día, junto a ti, gocemos de una eternidad para proclamar la grandeza del Señor porque el Poderoso hizo en ti maravillas. Amén.



Hacemos un minuto de silencio y elevamos al Señor nuestra acción de gracias por todos los beneficios recibidos de su generosidad y depositamos con confianza a los pies de nuestra Madre Santísima todas nuestras intenciones particulares, familiares, amigos y bienhechores, uniéndonos a las intenciones de esta comunidad, por quienes confían en nuestras oraciones y por aquellos que rezan por nosotros.


Meditemos con los ojos de María estos Sagrados Misterios

CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro.
CUENTAS CHICAS: Antes de cada Avemaría, decir:
“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege a la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.


Al terminar cada Decena, decir:

 "Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Avemaría purísima, sin pecado concebida.
 
 


Misterios Gozosos: Lunes y sábados

En el Primer Misterio contemplamos: La Encarnación del Hijo de Dios Lc. 1,26-38
María recibe el mensaje del Ángel Gabriel y acepta Gozosa ser la Madre del Salvador.


Virgen del Carmen, Concédenos el Don de fe, para que estemos siempre dispuestos a cumplir la Voluntad de Dios, al aceptar sin condiciones su palabra.

Fruto: la humildad/o fidelidad a la gracia

 

En el Segundo Misterio contemplamos: La visitación de María Le. 1,39-56
María sale de prisa, para ayudar a su prima Isabel, llevando al Niño Jesús.


Virgen del Carmen, queremos imitarte siempre este gesto de bondad con todas las personas necesitadas, que nuestros actos nos hagan solidarios y produzcan frutos de amor.

Fruto: amor al prójimo.



En el Tercer Misterio contemplamos: El nacimiento de Jesús Le. 2,1-20
Jesús nace pobre en Belén.


Virgen del Carmen, enséñanos de tu Hijo a no poner nuestra confianza en las riquezas, para que no adoremos los ídolos del dinero, del poder ni del prestigio, sino poner toda nuestra confianza en Dios


Fruto: desprendimiento.



En el Cuarto Misterio contemplamos: La presentación de Jesús Le. 2, 22-40
María y José van al templo a ofrecer al Niño Jesús.


Virgen de Carmen, tú que escuchaste las palabras del profeta Simeón, concédenos tu fortaleza para que nosotros ofrezcamos nuestros sufrimientos y colaboremos en la salvación del Mundo.


Fruto: obediencia

 


En el Quinto Misterio contemplamos: El Niño Jesús perdido y encontrado en el Templo Le. 2,42-52
María y José encuentran al Niño Jesús en el templo.


Virgen del Carmen, concédenos imitar tu fe y que aceptemos en nuestras vidas los designios de Dios y con humildad siempre busquemos estar cerca de Jesús.


Fruto: búsqueda de Jesús.



Misterios Dolorosos: martes y viernes


En el Primer Misterio contemplamos: La oración y la agonía de Jesús en el huerto Mt. 26,36-46
Jesús en el monte de los olivos ora y suda sangre.


Virgen del Carmen: al meditar la escena en el huerto de los olivos te pedimos la gracia de aceptar la voluntad del Padre como tú lo hiciste.


Fruto: Contrición.



En el Segundo Misterio contemplamos: La flagelación de Jesús Le. 18, 31-43
A Jesús lo ataron a  una columna y le dieron innumerables azotes.


Virgen del Carmen: tu Hijo encarna en ese momento su vocación de servicio, es decir morir a sí mismo, esa misma donación nos lleve a imitarlo, para que así ganemos la vida eterna.


Fruto: Mortificación de los sentidos.
 



En el Tercer Misterio contemplamos: La coronación de espinas Jn. 19,2-11
Los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza.


Virgen del Carmen: la humillación de tu Hijo es la sabía pedagogía de Dios, teniendo en cuenta que por este camino de contrariedad , nos lleva a enfrentar el dolor y ofrecérselo a El.


Fruto: Mortificación del espíritu o humildad.

 


En el Cuarto Misterio contemplamos: Jesús con la Cruz camino del Calvario Le. 23, 26-32
Jesús lleva el peso del pecado de toda la humanidad.


Virgen del Carmen: junto a la Cruz de tu Hijo depositamos a los pies de El todos nuestros problemas, nuestros sufrimientos y te pedimos que aprendamos a llevar la cruz de cada día.


Fruto: Paciencia y resignación.

 


En el Quinto Misterio contemplamos: La Crucifixión y muerte de Jesús Lc. 23, 33-38
Nos recuerda el gran amor de Dios, que se entregó por nuestros pecados y nuestra salvación.


Virgen del Carmen: tú que ofreciste tus dolores en la cruz, concédenos fortaleza para que podamos llegar al final de nuestras vidas, sabiendo que nuestra misión está cumplida.


Fruto: Perseverancia y deseo de salvación de las almas.

 


Misterios Gloriosos: miércoles y domingos


En el Primer Misterio contemplamos: La Resurrección Mt. 28,1-7
Jesús resucitado es la vida, está con nosotros todos los días.


Virgen del Carmen: tú que fuiste colmada de alegría en la Resurrección de tu Hijo, concédenos que nuestras vidas sean testimonio de fe, esperanza y amor.


Fruto: Fe y conversión o verdadera alegría.



En el Segundo Misterio contemplamos: La Ascensión Me. 16,14-20
Jesús sube al cielo en cuerpo y alma.


Virgen del Carmen: que fuiste figurada en una nube por el profeta Elías, que con su lluvia fecundaste copiosamente la tierra, te pedimos que nos alcances de tu Hijo copiosas lluvias de bendiciones en auxilio para nuestras almas.


Fruto: Esperanza y ansia del cielo.



En el Tercer Misterio contemplamos: La venida del Espíritu Santo He. 2,1-4
Los Apóstoles en oración con María reciben el Espíritu Santo.


Virgen del Carmen: danos la gracia de perseverar en la oración y así nos dispongamos a recibir los dones del Espíritu Santo y que El renueve nuestras vidas con frutos de virtudes y buenas obras.


Fruto: Caridad y celo apostólico.




En el Cuarto Misterio contemplamos: La Asunción de la Virgen Apoc. 12,1
Llevada por los ángeles, María sube al cielo en cuerpo y alma.


Virgen del Carmen: te pedimos que siempre estés cerca de nosotros para protegemos y asistimos en el momento de nuestra muerte.

Fruto: Devoción a María


En el Quinto Misterio contemplamos: La Coronación de la Santísima Virgen Apoc. 12,1
María es Coronada como Reina y Madre de todo lo creado.


Virgen del Carmen: Tú que fuiste ensalzada como Reina del Universo, a semejanza de tu Hijo concédenos a nosotros, tus hijos peregrinos de este mundo, tu protección maternal y que un día todos gocemos contigo la alegría del reino.


Fruto: Confianza en María.

 


Misterios Luminosos: jueves


En el Primer Misterio contemplamos: El Bautismo de Jesús en el Jordán Mt. 3,13-17
Jesús recibe el Bautismo de parte de San Juan en el Río Jordán


Virgen del Carmen: tú que fuiste preservada de toda mancha de pecado, concédenos mantener siempre nuestra alma libre de pecado.


Fruto: Purificación o espíritu de conversión

 


En el Segundo Misterio contemplamos: La auto revelación de Jesús en las bodas de Cana Jn. 2,1-11
Jesús y María son invitados a una boda (parientes por el lado de San José)


Virgen del Carmen: Tú que intercediste ante tu hijo en las bodas de Cana, intercede por nosotros para ser obedientes al mandato de Jesús.


Fruto: Acudir a la intercesión de María.


En el Tercer Misterio contemplamos: El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión Me. 1,14-15 2,3-13
Jesús anuncia el reino de Dios a todos los hombres.


Virgen del Carmen: Tú que escuchaste las palabras de tu Hijo mejor que nadie, enséñanos a tener ese espíritu Evangelizador y a ser testigos de su reino.


Fruto: Testimonio y misión o crecer en espíritu misionero



En el Cuarto Misterio contemplamos: La transfiguración de Jesús en el Monte Tabor. Le. 9,28-36
Jesús se revela mostrando su gloria.


Virgen del Carmen: tú que eres modelo de contemplación, ayúdanos a que fijemos los ojos en el rostro de Jesús y que El mismo nos descubra su fulgor divino, reflejo del Padre.


Fruto: La contemplación o espíritu de oración.


En el Quinto Misterio contemplamos: La institución de la Eucaristía Le. 22,19-20.
La Eucaristía es el Sacramento de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.


Virgen del Carmen: Tú que eres la compañera privilegiada en el camino de la Fe, danos la gracia de buscar con frecuencia la compañía de Jesús en la Eucaristía.

Fruto: Amor a la Eucaristía.


 
ORACIÓN FINAL


Virgen Santísima del Carmen: Este Rosario es en acción de Gracias por toda tu intersección por nosotros, desde antes de empezar el mundo. Te damos Gracias por todo lo que nos has enseñado, por llevarnos de tu mano a tu Divino Hijo Jesús y por estar pendiente de nuestras humanas necesidades, las de nuestra familia, nuestros prójimos y nuestros enemigos. Te damos Gracias Oh Madre Santa porque nos protegerás en la hora de nuestra muerte, de nuestras angustias y nos sacarás con prontitud del Purgatorio. Amén.

 


LAS TRES AVEMARÍAS DE SALUTACIÓN


Dios te salve Maria, Hija de Dios Padre, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa Maria Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Dios te salve Maria, Madre de Dios Hijo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa Maria Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Dios te salve Maria, Esposa fiel de Dios Espíritu Santo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa Maria Madre de Dios y Madre nuestra ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Dios te salve Maria, templo y sagrario de la Santísima Trinidad: No permitas Virgen Santísima que ningún cristiano viva ni muera en pecado mortal. Amén
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve …



ORACIONES FINALES


Bajo tu amparo nos acogemos oh Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestra necesidad; antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita, ruega por nosotros oh Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar y gozar las gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues solo un Dios se recrea en tan graciosa belleza, a ti celestial Princesa, Virgen Sagrada Maria, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes Madre Mía; y dame tu santa bendición, que yo la recibiré para mí y para mi familia, mi prójimo y el mundo entero, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


OREMOS
Te suplicamos Señor, infundas tu Gracia en nuestras almas, para que quienes por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y su Cruz, lleguemos a la Gloria de la Resurrección. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
 


LETANÍAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Señor ten piedad
Cristo ten piedad
Señor ten piedad
Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Hija elegida del Padre
Madre de Cristo Rey
Esposa del Espíritu Santo
Virgen hija de Sión
Virgen pobre y humilde
Virgen dulce y obediente
Esclava del señor
Madre corredentora
Llena de gracia puente de la belleza
Compendio de maravillas
Fruto escogido de la Redención
Perfecta discípula de Cristo
Purísima imagen de la Iglesia
Nueva mujer
Mujer vestida de sol
Mujer coronada de estrellas
Señora afable
Señora llena de piedad
Señora nuestra
Alegría de Israel
Esplendor de la iglesia
Orgullo del género humano
Abogada de la gracia
Maestra de piedad
Ayuda del pueblo de Dios
Reina de caridad
Reina de misericordia
Reina de la paz
Reina de los ángeles
Reina de los patriarcas
Reina de los profetas
Reina de los mártires
Reina de los confesores
Reina de las vírgenes
Reina de todos los santos
Reina concebida sin pecado original
Reina llevada al cielo
Reina del mundo
Reina del cielo
Reina del universo
Reina de las familias
Reina del Santo Rosario
Reina y hermosura del Carmelo,


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo perdónanos. Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros.


V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de las promesas de
promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amen


Oremos; te suplicamos Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen, María, Madre y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.



CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN


Virgen del Carmen, llévanos sobre nuestro pecho tu santo Escapulario, signo de nuestra consagración a tu Corazón inmaculado. Madre querida, somos tus hijos: unos hijos de tu entera pertenencia. Nuestra consagración. Señora, nos exige una entrega sin reservas a tu persona, una dedicación generosa a tu servicio, una fidelidad inquebrantable a tu amor y una solicita imitación de tus virtudes.


Queremos vivir, conforme al ideal carmelitano, en ti, por ti, contigo y para ti. Gracias a tu Escapulario, Virgen bendita, somos miembros de tu cuerpo místico del Carmelo y participamos de la consagración comunitaria de la Orden a ti, que eres su Cabeza. Nuestra consagración se une, pues, a la de toda la familia carmelitana y acredita así su valor y eficiencia. Santa María, Abogada y Mediadora de los hombres, no podríamos vivir nuestra consagración con olvido de quienes son tus hijos y nuestros hermanos. Por eso, nos atrevemos a consagrarte la Iglesia y el mundo, nuestras familias y nuestra patria.


Te consagramos especialmente los que sufren en el alma o en el cuerpo: los pecadores, los presos, los desterrados, los enfermos, los hambrientos... Madre y Reina del Carmelo, por nuestra consagración somos del todo tuyos ahora en el tiempo. Que los sigamos siendo también un día en la Eternidad. Así sea.
 

 

 

 ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN Nº 2


El animador da la bienvenida y acoge a todos los participantes.


Canto: Es la Virgen del Carmen nuestra abogada, que en penas y en peligros graciosa ampara (bis). Viva María, viva el Carmelo, viva el Escapulario, prenda del cielo (bis).


Mirada a la Virgen del Carmen:


El animador invita a todos los presentes a mirar durante unos momentos la imagen de la Virgen del Carmen.


“Pues eres toda hermosa /¡oh Madre amada! / No quiero otra cosa / que tu mirada”.


Saludo a la Virgen del Carmen:


Buenos días, Virgen del Carmen. Por ti madrugamos. Queremos encontrarnos con la luz de tu mirada. Contigo la mañana es mañana de luz y de esperanza. Gracias por todo. Eres un regalo. No hay llanto en la tierra que no pase por tus manos. No hay gozo en que no brille tu luz. No hay esperanza que no se recree en tu fuente. No hay oración que no pase por tus manos. Gracias por vestirnos con tu Escapulario, signo de fe, de alegría, de servicio. Gracias por hacer de nosotros una familia.

 


MISTERIOS DE LA LUZ.
María es la mujer llena de luz. En ella comenzó a brillar la luz. María es luz para todos los peregrinos.


Canto al Espíritu:
Invocamos al Espíritu para dejar la ausencia y entrar en la presencia de Dios y de María. Espíritu Santo, ven, ven. Espíritu Santo, ven, ven. Espíritu Santo, ven, ven. En el nombre de Jesús.


Hacemos presentes a las personas por las que queremos rezar este rosario.


PRIMER MISTERIO: EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN
Símbolo: Una luz (con María, la llena de luz, nos abrimos a la gracia)
Gesto: Manos abiertas, humildes, capaces de recibir.
“Quién más amigo de dar que Dios, si tuviese a quién?” (Santa Teresa).
Canto: Mientras recorres la vida…
Rezo de avemarías…


SEGUNDO MISTERIO: LA AUTOREVELACIÓN DE JESÚS EN LAS BODAS DE CANÁ
Símbolo: Recipiente con agua. (Con María, la mujer creyente, entramos en la fiesta de Dios)
Gesto: Ojos cerrados para sentir la presencia de María en el corazón.
“El miedo llamó a mi puerta, Salió la fe a abrir y no había nadie” (Luther King).Canto: Salve María, flor del Carmelo, dulce consuelo del mortal. Guía a tus hijos, Madre adorada, a la morada celestial, a la morada celestial.


TERCER MISTERIO: EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS INVITANDO A LA CONVERSIÓN
Símbolo: Se introduce la Palabra de Dios (Con María, guardamos la Palabra en el corazón).
Gesto: Beso del Escapulario.
“El escapulario es un signo de comunión recíproca entre María y los fieles” (Juan Pablo II)
Canto: Virgen del Carmen bella, /Madre del Salvador, /de tus amantes hijos /oye el cantar de amor (bis).Dios te salve María, / del Carmen bella flor. / Salve esperanza mía, /salve raudal de amor (bis).


CUARTO MISTERIO: LA TRANSFIGURACIÓN
Símbolo: Se ofrece un ramos de flores (Con María, la oyente del amor, acogemos asombrados los dones de Dios).
Gesto: Manos unidas, como una barquilla que danza entre las olas.
“La familia del Carmelo es una parábola de comunión para el mundo”.
Canto: Hoy te quiero, cantar, /hoy te quiero rezar, /Madre mía del Cielo.
Si en mi alma hay dolor /busco apoyo en tu amor /y hallo en ti mi consuelo.
Hoy te quiero cantar, /hoy te quiero rezar, /mi plegaria es canción.
Hoy te quiero ofrecer lo más bello y mejor /que hay en mi corazón.
Hoy te quiero ofrecer lo más bello y mejor /que hay en mi corazón.


QUINTO MISTERIO: LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA
Símbolo: Una hogaza de pan (Con María, pan partido y repartido, entregamos la vida).
Gesto: Dar la paz a los que tenemos cerca.
“Lo que gratis habéis recibido, dadlo gratis” (Evangelio de San Mateo).
Canto: Te vengo a pedir…


LETANÍAS A LA VIRGEN DEL CARMEN
María, mujer de fe, que viviste siempre abierta a Dios
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, Madre del tiempo nuevo, esperanza para el camino
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, fuente y vida nuestra, muéstranos a Jesús, llévanos a El
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, que nos muestras y nos llevas a Jesús
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


Maria, cuida a las Cármenes. Que te lleven no sólo en el nombre sino también en el corazón
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, que ofreces tu ternura a los enfermos y a los más pobres
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, que siempre proteges a los hombres y a los más pobres
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, que siempre cuidas a los hombres y a las mujeres del mar,
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, estrella de la nueva evangelización, que animas la acción evangelizadora de la Iglesia.
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, que nos has entregado el regalo del Escapulario, el encanto de tus virtudes.
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


María, Madre del Carmelo, protege a todos los que en estos días te hemos mirado con cariño.
SANTA MARÍA… RUEGA POR NOSOTROS.


Canto de despedida:
Salve Madre en la tierra de tus amores…

 

 

 ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN Nº 3

 

 Virgen del Carmen, estrella del mar
Que mis ojos te vean antes de expirar.
Virgen clemente,
tú en mi agonía presente,
y que sea feliz mi muerte.
Virgen del Carmen del monte Carmelo,
Tuviste grandes desvelos de hablar con los Santos Padres y bajar al purgatorio los sábados en la tarde,
Tuviste gran alegría y sacar a las pobres almas que en el purgatorio había,
Y llevarlas con vos al cielo, y por eso decimos:
Virgen del Carmen del monte Carmelo,
Por ese Carmen tan lindo, por ese Carmen tan bello, por ese tu escapulario, que llevo pendiente al cuello, te ruego Virgen del Carmen, que saques del cautiverio, el alma de mis difuntos y las lleves con vos al cielo.



Y al terminar la oración se reza un Padre Nuestro en cada misterio diciendo en cada cuenta: “Virgen del Carmen sacarla y se responde: a Vuestra gloria llevarla”.

Al terminar las 10 cuentas del rosario se reza un Padre Nuestro y se repite lo mismo: “Virgen del Carmen sacarla y se responde: a Vuestra gloria llevarla”.

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ROSARIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

I y II

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Rosario de la Santísima Trinidad Nº 1


 
 Para rezar el Rosario se utiliza un rosario de tres novenas, es decir rezamos tres veces nueve en las cuentas pequeñas. Se puede utilizar un rosario común de 10 cuentas, pero solamente se rezarán 9, esto se hace tres veces, es decir rezaremos 27 cuentas pequeñas. Ya se entenderá mejor cuando lean las indicaciones.
 


  Se comienza:

  Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

  Oh Gran Dios, oh Bondad infinita, quien nunca te hubiera ofendido y siempre te hubiera amado y te amara más que los serafines. Amabilísimo Dios y Padre mío, te amo sobre todas las cosas y más que a mí misma vida, piérdela Señor, mil veces antes de que yo te ofenda.
 

  En la primera cuenta grande:

 Alabado es el Padre que es nuestro Creador. Alabado es el Hijo que es nuestro Salvador. Alabado es el Espíritu Santo que es nuestro continuo Consolador. Alabadas sean las Tres Divinas Personas de la Santísima Trinidad que aman con dulce amor.
 
 En las cuentas pequeñas:

Trinidad socorre esta necesidad. (9 veces)
 
 
 

En la segunda cuenta grande:

 Alabado es el Padre que es nuestro Creador. Alabado es el Hijo que es nuestro Salvador. Alabado es el Espíritu Santo que es nuestro continuo Consolador. Alabadas sean las Tres Divinas Personas de la Santísima Trinidad que aman con dulce amor.
 
 En las cuentas pequeñas:

Trinidad socorre esta necesidad. (9 veces)


 

En la tercera cuenta grande:

 Alabado es el Padre que es nuestro Creador. Alabado es el Hijo que es nuestro Salvador. Alabado es el Espíritu Santo que es nuestro continuo Consolador. Alabadas sean las Tres Divinas Personas de la Santísima Trinidad que aman con dulce amor.
 
 En las cuentas pequeñas:

Trinidad socorre esta necesidad. (9 veces)


 En las tres cuentas al final del rosario:

 
Sacra inefable bondad, digna de eterna alabanza, dadnos fe, amor y esperanza Santísima Trinidad. (3 veces)


 
 El Credo

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo nuestro señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todo poderoso, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén.
 
 
 En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

 

 

 

II

Rosario de la Santísima Trinidad Nº 2



En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Consagración a la Santísima Trinidad Divina Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, presente y operante en la Iglesia y en lo más profundo de mi ser; yo te adoro, te doy gracias y te amo. Por medio de María, mi madre Santísima, me ofrezco, entrego y consagro totalmente a ti para toda la vida y para la eternidad.


A ti, Padre del cielo, me ofrezco, entrego y consagro como hijo. A ti, Jesús Maestro, me ofrezco, entrego y consagro como hermano y discípulo. A ti Espíritu Santo, me ofrezco, entrego y consagro como “templo vivo” para ser consagrado y santificado.
María, madre de la Iglesia y madre mía, tu que estás en intimidad con la Trinidad Santísima, enséñame a vivir, por medio de la liturgia y los sacramentos, en comunión cada vez más íntima con las tres divinas personas, para que toda mi vida sea un “Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.”


V. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
R. Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V. Envía, Señor, tu Espíritu.
R. Que renueva la faz de la tierra.


Oración:

Oh Dios, que iluminas los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo concédenos este mismo Espíritu para obrar con prudencia, rectitud y gozar siempre de sus consuelos inefables. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…


Primer Misterio

Santísima Trinidad armonía y unidad del Universo

Meditación: El amor y el poder de la Santísima Trinidad crea el mundo. El Espíritu Santo, personalmente, es el gozo, la armonía y la alegría de la creación. El Espíritu del Padre hace al hombre a imagen y semejanza del Hijo: lo llena de dignidad, de Gloria y de honor. Desde ese momento, “la gloria de Dios es el hombre vivo”, con plenitud de vida total. Desde ese momento, el hombre “vive, se mueve y existe en Dios” (Hch. 17, 28).


Práctica diaria
Dios ha distribuido la vida en forma diversificada, ha puesto la belleza y esplendor en todo lo creado. Me corresponde a mi conservar el ambiente que nos rodea y la importancia de promover las relaciones interfamiliares, reconocer y felicitar a los demás por sus éxitos y logros.


Padre Nuestro y Avemaría, una vez. Gloria al Padre, siete veces.


Oración:

Santísima Trinidad, Dios Trino y uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, principio y fin nuestro, Tú nos has hecho conforme a tu imagen y semejanza. Concédenos que todos los pensamientos de nuestra mente, todas las palabras de nuestra lengua, todos los sentimientos de nuestro corazón y todas las acciones de nuestro ser sean conformes a tu divina voluntad.
Así, después de haberte visto aquí en la creación y veladamente por la fe, podamos llegar a contemplarte cara a cara eternamente en el cielo. Amén.


Segundo Misterio

Santísima Trinidad un solo Dios en el amor.

Meditación: “Mi Padre encuentra su Gloria en esto: que ustedes produzcan mucho fruto, llegando a ser con esto mis auténticos discípulos. Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí: permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandatos, permanecerán en mi amor, así como yo permanezco en el amor del Padre, guardando sus mandatos (Jn. 15, 8-10).


Práctica diaria

Jesús me ama y me pide que me entregue a El. ¿Cómo saber entregarme? Cumpliendo sus enseñanzas y practicando diariamente alguna de las obras de misericordia.


Padre nuestro y Ave María, una vez. Gloria al Padre, siete veces.


Oración:

Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme totalmente de mí para instalarme en ti, inmóvil y tranquilo, como si ya mi alma estuviera en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de ti, sino que cada minuto me sumerja más en la hondura de tu misterio. Pacífica mi alma, haz de ella tu cielo, tu morada de amor y el lugar de tu descanso. Que en ella nunca te deje solo, sino que ahí esté con todo mi ser, todo despierto en fe, todo adorante, totalmente entregado a tu acción creadora.

 

Tercer Misterio

Dios Padre Creador del Universo.

Meditación
Así fueron hechos el cielo y la tierra todo lo que hay en ellos. (Gen. 2, 1).

Práctica diaria
Dios es la fuente de donde brota el amor y la vida. “Vengo del Padre y camino a la casa del Padre”. Mi vida debe ser una continua acción de gracias por toda la creación en donde descubro la presencia de Dios y su huella. Debo preocuparme de cuidar las obras de la creación.

Padre nuestro y Avemaría, una vez. Gloria al padre, siete veces.

Oración: Oh Dios Padre, de ti procede la vida, de ti nos viene el amor. Gracias por el don de la creación y por el regalo de la vida. Gracias por esta tierra y por todos los hombres que la habitan. Gracias por tu alianza de amor y por el perdón que nos regalas gratuitamente. Gracias por que en la plenitud de los tiempos nos has dado a tu Hijo, nuestro Salvador. Haz que cada día sepamos agradecerte todos tus dones, unidos en familia de amor. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



Cuarto Misterio

Jesucristo rostro de la Santísima Trinidad

Meditación: Por eso Dios lo engrandeció y le concedió el Nombre que está sobre todo nombre, para que, ante el Nombre de Jesús, todos se arrodillen, en los cielos, en la tierra y entre los muertos. Y toda lengua proclame que Cristo Jesús es el Señor, para Gloria de Dios Padre. (Fil., 2, 9-11).


Práctica diaria

Dios nos ama. Nos ama a cada uno de nosotros de esa manera única y especial como El ama. Me corresponde a mi manifestar su misericordia, la misericordia de Dios y su perdón, comprendiendo, amando y perdonando.

Padre nuestro y Avemaría, una vez. Gloria al Padre, siete veces.

 

Oración:

!Oh, Dios! Te dedico y consagro todo lo que hay en mí: mis recuerdos y mis acciones a Dios Padre; mi comprensión y mis palabras a Dios Hijo; mi voluntad y pensamientos a Dios Espíritu Santo; mi corazón y mi cuerpo, mi lengua, mis sentidos y todas mis penas a la sagrada humanidad de Jesucristo, el cual voluntariamente se entregó a manos de malvados y sufrió el tormento de la cruz.

 

Quinto Misterio

Espíritu Santo que revela verdad plena.


Meditación:

Cuando venga El, el Espíritu de la verdad, los introducirá a la verdad plena. El no vendrá con un mensaje propio sino que les dirá lo que ha escuchado, y les anunciará las cosas futuras. Me glorificará porque recibirá de lo mío para revelárselo a ustedes. Todo lo que tiene el Padre también es mío. Por eso les he dicho que recibirá de lo mío para anunciárselo. (Jn., 16, 13-15).


Práctica diaria

Vivir según El, es vivir de fe, de esperanza y de caridad. El nos llevará a la compenetración con Cristo para lograr una auténtica existencia cristiana. Tratar al Espíritu Santo como se trata a un amigo: con sencillez y confianza.

Padre nuestro y Avemaría, una vez. Gloria al Padre, siete veces.

 

Oración:

Oh Santo Espíritu de Luz y Amor, a TI consagro mi corazón, mi alma y mi voluntad en el tiempo y en la eternidad. Permíteme ser siempre dócil a tus divinas inspiraciones y a las enseñanzas de la santa Iglesia Católica cuya guía infalible eres Tú. Haz que mi corazón se encienda en el amor a Dios y al prójimo. Que mi voluntad esté siempre en armonía con tu divina voluntad. Que mi vida pueda imitar fielmente la vida y las virtudes de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El, en unión del Padre, y contigo, Espíritu divino, honor y Gloria demos siempre. Amén.

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